2020 ha sido en muchos sentidos un año para olvidar. Este dichoso (y caprichoso) virus ha mermado la humanidad, la economía y hasta nuestra manera de vivir hasta ahora.
Por suerte en mi casa podemos dar Gracias porque tenemos salud, que es lo esencial a día de hoy. Mi hijo dice que gritará "Jumanji" al comer las uvas, y lo cierto es que si hiceran otra parte de la película con lo que ha pasado este año, tendrían de sobra. No voy a entrar en cómo se está gestionando esta crisis y en lo responsables (o no) que nos hemos vuelto.
Vamos a centrarnos en lo bueno. Y lo bueno es que hemos sobrevivido, que a pesar de las dificultades aquí seguimos en pie. Que a pesar de las enfermedades, accidentes y caídas, nos hemos levantado. Y la vida sigue.
Decimos adiós a este año en el que también hubo cosas buenas. Un viaje inolvidable, antes que se desatara el caos, "regalo" adelantado de Comunión de mi niño, en el que nos lo pasamos fenomenal, mayores y niños. La Comunión, que no fue tan numerosa como la de la niña, por las circunstancias, pero los pocos que estábamos llenamos el lugar con el cariño que el niño merecía. Salvo una pequeña temporada, a mi marido no le ha faltado trabajo, y aunque yo no pude poner el chiringuito, no he dejado de tejer. Y como dije al principio, estamos bien y con ganas de empezar un nuevo año en el que solo podemos ir a mejor. Que además es Xacobeo.
Ahora sí, mi Top 16 de este año. Ya sé que hay más de 16 proyectos, y que alguno no está en este top y que tal vez debería, pero es difícil quedarse con unas cuantas fotos.