Hoy os traigo una reflexión (sí, se prevé chapa, lo siento 😂😂😂). Es la pena que me da desprenderme de cada uno de mis muñecos. Los he hecho yo, con mis manos, dedicando a cada uno el tiempo necesario. Pero me alegra cuando alguien los ve y se enamora. Obviamente porque me supone un beneficio también, y puedo seguir comprando material (que cada día que pasa es más caro, como todo 🙄), pero también por el beneficio emocional que me aporta. La satisfacción de saber que mis peregrinos han viajado más que yo, que están en los 5 continentes... Es como un legado que va a quedar el día que yo no esté. Algo de mí estará por muchos rincones del mundo, y eso es algo que me llena el corazón. Gracias a los que lo hacéis posible ☺️
Esta muñeca tiene detrás una historia muy especial. Según la tradición indígena se le cuentan tus penas y temores, y se guarda bajo la almohada. Ella guardará tus miedos y te reconfortará. Viene con una pequeña "oración" en su espalda. Por cierto que aún debo hacerles una a mis hijos, que los pobres me la pidieron y aún no tuve tiempo, qué desastre soy....